Disfrutando un viaje desastroso
Disfrutar un momento depende más de la mentalidad de la persona que del momento perse y así lo demostró mi primer viaje a Samaná. La hora de partida dispuesta por la empresa del tour eran las 5:00 am por la cual la familia de mi pareja, compuesta por su madre; una señora robusta dentro de los cuarenta pero delicada como una miss de 25, sus dos hermanas; una de 8 años y una de 13, más dos tías muy parecidas a su madre pero ambas con menor edad y obviamente é l y yo, llegamos todos a no menos de diez minutos de la hora establecida. El punto de encuentro, la zona colonial marcando las 5:10 de la mañana lucia tan vacía como el desierto de Sahara, recordándonos la diferencia de una perse y una hora dominicana. Cinco minutos después llego una pareja de un señor blanco, rasgos de americano y una morena de cuerpo esbelto y trenzas hasta la cintura pantalones cortos y un pequeño top que dejaba ver la rosa tatuada en el abdomen. Pronto empezaron a llegar las personas como si